Ser un guía, orientador o facilitador del aprendizaje requiere realizar una planeación de los contenidos, tiempos, materiales didácticos y por supuesto de las herramientas tecnológicas para alcanzar el objetivo planeado.
En el texto de la UNESCO (2004:79-90) titulado Las tecnologías de la información y la comunicación en la formación docente, menciona un aspecto esencial para determinar cómo integrar la tecnología en los planes, que es la participación de los docentes al momento de planificar. ¿Qué consecuencias traé esto? En primera, para algunos docentes será su oportunidad de aprender a usar las TIC de forma productiva; en segundo, estarían informados de la implementación de las herramientas, sus momentos, tiempos, alcances y en determinado momento realizar algún cambio por las circunstancias que se presenten. Y por último, el trabajo colaborativo enriquecería la planificación.
Todo aprendizaje funcional requiere una organización. Tal vez uno imaginaría que el practicar con la TIC, no requeriría tal punto ya que las imágenes, los sonidos, íconos atraparían la atención de los estudiantes y como docentes estaríamos cubriendo un horario de trabajo. Sin embargo, el objetivo de un aprendizaje funcional no se logra y las TIC perderían el impacto de herramientas de apoyo para el docente.